Roberto Bolaño: una biografía y sus ¿mejores? obras

La parte de la biografía

Roberto Bolaño nació en Chile el día 28 de abril del año 1953 en un país convulso, lleno de transformaciones políticas y con poca tecnología. Hijo de la profesora de primaria Victoria Ávalos y de León Bolaño, mejor conocido como Míster Playa, camionero y boxeador de poca monta. Aunque nació en Santiago, pasó la mayor parte de su infancia en Valparaíso, hasta que a la edad de quince años tuvo que viajar a México para que su madre pudiera ser tratada de diversos problemas respiratorios recurrentes: “Un amigo, doctor, me dijo que si ella se reponía siempre en México, nos viniéramos a vivir aquí o de otro modo mis hijos se iban a quedar sin madre” (Maristain, 2012, p. 31). La llegada del futuro escritor a México se trató de un evento casual. Vivió en la colonia Nápoles y en la colonia Tepeyac. Asistió a escuelas públicas y pasó la mayor parte de su adolescencia caminando por las ajetreadas calles del centro de la Ciudad de México, la Alameda, Bucareli y lugares allegados. De los recuerdos de esas calles y de la gente que las habitaba, comenzó su carrera literaria. En México fundó el movimiento Infrarrealista junto con los poetas Bruno Montané, Felipe Muller y Mario Santiago. El infrarrealismo fue un movimiento poético que surgió en la década de los 70’s y que tomó sus bases en las corrientes vanguardistas europeas (principalmente de la dadaísta). Intentó crear un tipo de literatura contractual, opuesta, en su mayoría, a la literatura canónica mexicana impuesta por Octavio Paz y sus seguidores más fieles. Naturalmente, el movimiento fracasó y el Infrarrealismo quedó en una revista y un grato recuerdo: 

Mario Santiago y yo fundamos el Infrarrealismo. Éramos por entonces bastante irresponsables y nuestra línea teórica bastante incoherente. Básicamente, lo que molestaba mucho al estatus de la literatura mexicana de la época era que no estábamos con ninguna mafia, ningún grupo de poder. En la literatura mexicana siempre ha habido parcelas con señores de la guerra y sus samuráis (Bolaño en Maristain, 2012, p. 74).

Más adelante regresó a Chile en 1974, durante la época de la dictadura militar. Allí luchó por los ideales revolucionarios y también fue encarcelado. Salió de la cárcel de milagro, pues uno de los soldados que lo tenían prisionero lo reconoció como su amigo de la infancia:

Nací en 1953, el año en que murió Stalin y Dylan Thomas. En 1973 estuve ocho días detenido por los militares golpistas de mi país y en el gimnasio en donde tenían a los presos políticos encontré una revista inglesa con un reportaje fotográfico con la casa de Dylan Thomas en Gales (Bolaño, 2008, p. 19).

Después de este percance regresó a México. Sin embargo, la verdadera suerte del autor chileno no comenzó hasta que llegó a vivir a España en 1977. Vivió en Barcelona, Gerona y en Blanes. En España trabajó casi de cualquier cosa: vigilante de campamentos, vendedor en una tienda de bisutería, escritor ocasional. También conoció el amor y engendró dos hijos (Lautaro y Alexandra) con Carolina López. Al momento de conocer a Carolina López escogió como residencia el pueblo catalán de Blanes, donde viviría hasta su muerte.

Como hombre de literatura ganó el premio Herralde de novela en 1998 y el premio Rómulo Gallegos en 1999 con su novela Los detectives salvajes (1998); la cual representaría su escalón al mundo literario. Tuvo una columna semanal en el periódico de Blanes y escribió diversos libros de cuento, poesía y novela. El grueso de su fama no llegó sino hasta su muerte en el año de 2003. 

A Bolaño se le puede encasillar en la corriente de los escritores latinoamericanos postmodernos, a los nacidos después de la segunda mitad del siglo XX. Sus historias, aunque independientes, forman una cosmogonía al tener elementos que las van relacionando entre sí. También forma parte de los escritores exiliados de su propio país, primero por necesidad, después por ideologías políticas. En términos de Santajuliana y Chávez, su literatura sería de metro y medio “Así, por sus lógicas de sobrevivencia, los escritores se dividen en equilibristas de metro y medio, equilibristas de altura y los dueños del circo” (Chávez y Santajuliana, 2000, p. 107). Aunque ganador de un premio Herralde nunca llegaría a ser el dueño del circo literario. Entre sus contemporáneos encontramos al mismo Mario Santiago, Rodrigo Fresán y Antoni García Porta.

En resumen, la personalidad de este escritor siempre fue de una izquierda muy particular. Todo el tiempo se mantuvo fuera de la política y del status quo literario tanto de México como de Chile y de España. Fue un escritor que atacó desde la periferia el status cultural. Vivió como bárbaro y escribió como bárbaro. Muestra de ello lo reflejan sus obras y su vida convulsa. Para contar su historia, no hay nadie mejor que él mismo:

En mi vida he vivido en tres países: Chile, México y España. He ejercido casi todos los oficios del mundo, salvo los tres o cuatro que alguien con cierto decoro se negará siempre a ejercer. Mi mujer se llama Carolina López y mi hijo Lautaro Bolaño. Ambos son catalanes. En Cataluña, también, aprendí el difícil arte de la tolerancia. Soy mucho más feliz leyendo que escribiendo (Bolaño, 2008, p. 20).

La parte de las mejores obras

Mi cariño hacia Bolaño va más allá de la literatura. Lo conocí en una época convulsa, cuando se es joven y se piensa que el límite no tiene imaginación. Naturalmente, mi primera historia del universo bolañiano fue los Detectives Salvajes, que en su momento me encantó porque yo también visitaba lugares asiduos en la obra (la facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, el café La Habana, y algunas colonias recurrentes dentro de la Ciudad de México). Sin embargo, aunque esta novela sí está dentro de mi top 5, no es de mis 3 favoritas. Aquí se las comparto:

3. Entre paréntesis (2004)

¿Cómo reconocer una obra de arte?, ¿cómo separarla, aunque sólo sea un momento, de su aparato crítico, de sus exégetas, de sus incasables plagiarios, de sus ninguneadores, de su final destino de soledad? Es fácil. Hay que traducirla.

Este libro póstumo no es una novela sino una recopilación de artículos, ensayos literarios y otros textos que el autor fue publicando, o simplemente escribiendo, a lo largo de su vida. Lo pongo en mi top 3 porque permite conocer al escritor más allá de su ficción. Gran parte de su forma de ver el mundo está plasmada en estos textos.

2. Estrella distante (1996)

Lentamente, por entre las nubes, apareció el avión. Al principio era una mancha no superior al tamaño de un mosquito. Calculé que venía de una base aérea de las cercanías, que tras un periplo aéreo por la costa volvía a su base. Poco a poco, pero sin dificultad, como si planeara en el aire, se fue acercando a la ciudad, confundido entre las nubes cilíndricas, que flotaban a gran altura, y las nubes con forma de aguja que eran arrastradas por el viento casi a ras de los techos.

A Estrella distante le tengo cariño porque fue su primera novela publicada en Anagrama. El narrador es Arturo Belano, aunque el personaje principal es el poeta Alberto Ruiz-Tagle. Me gusta porque es sincera y porque refleja la forma en cómo Bolaño concebía la figura de un poeta: disidente, disruptivo y convulso.

1. 2666 (2004)

La realidad es como un padrote drogado. ¿No lo cree usted así?

Como ya lo han dicho otras personas, es quizá la novela total por excelencia. Narra la búsqueda de ese poeta inalcanzable (física e intelectualmente) llamado Benno Von Archimboldi. Es un paseo por la cultura e identidad latinoamericana y una oda al «Poeta». Bolaño murió antes de terminarla, por lo que no tiene un final (a pesar de sus más de 1000 páginas). Este hecho hace que nunca sepamos a ciencia cierta quién fue Archimboldi… Y eso, a mi juicio, la hace aún mejor.